Saludos cordiales. Ayer ví Star Trek En la Oscuridad, y debo deciros que disfruté como un enano comiendo tigretones en compañía de una contorsionista finlandesa disfrazada de Princesa del Comando G.
Acepto que el Spielberg gafapasta no es santo de la devoción de muchos, pero el tipo es demasiado bueno. Lo es, maldita sea.
Por echarle algo en cara, diré que el argumento se apoya demasiado en la idiosincrasia de los personajes, absolutamente reconocible para los trekkies, no tanto para el espectador profano. Aún así, a estos últimos les diría que no se rayen, viendo la primera se arregla. En la anterior peli del Abrams se presentan los personajes de forma cristalina.
Si aún arrugan la nariz profiriendo descalificaciones gafapastiles, aduciré que el ritmo, visual y verbal, que consigue el maldito judío no les dejará respirar ni pararse a pensar si tal o cual personaje se entiende o no.
"Pero es una peli de efectos especiales...meh!" Ni por el forro. Háylos, evidentemente, y de ley, pero en contadas ocasiones se erigen en protagonistas de la escena. Personajes. Personajes esculpidos. Flirteando con el tópico, pero rocosos.
Benedict Cumberbatch va a ser uno de los actores que tenga colas kilométricas a la puerta de su agente para conseguir que participe en cualquier peli con empaque durante la próxima década. Por si alguien echaba de menos una hipérbole que desacreditase la crítica, ahí tenéis una firmada con sangre. Sin hacer nada del otro jueves, tiene una presencia mastodóntica.
Si no os molesta el giro StarWarsiano que le da Abrams a este Star Trek de nueva fundación, que resulta patente hasta en la banda sonora de Michael Giaccino, disfrutaréis de un plato con ingredientes de primera calidad, sin florituras ni esferificaciones, pero magníficamente cocinado.
Como leeréis, ya estaba vendido desde el principio, así que tomad la crítica con las pinzas que creáis convenientes, pero es inevitable comprar el producto cuando le asaltan a uno detalles obsesivo-compulsivos de este calibre: El malo de la peli (el de verdad) luce en su uniforme el patrón diabólico de El Resplandor, visto en la moqueta del hotel, y desde entonces referente visual del concepto "Aquí alguien va a matar a alguien".
Stay tuned!