Esta noticia me ha alegrado el día.
Chris Columbus es el guionista de una trilogía (en realidad no lo es como tal, más que a nivel de imaginario personal) muy arraigada en mi memoria cinematográfica. Ver a los 13 años Gremlins, Goonies y El Secreto de la Pirámide es un chute de magia que no se olvida fácilmente. Para las nuevas generaciones seguramente estará siempre ligado a Harry Potter, pero eso ya me ha pillado un poco rancio.
Durante la década de los 80 se vivió lo que se podría llamar la Edad de Oro de los videojuegos. Los chavales de hoy día probablemente no estarían muy de acuerdo, si investigan los juegos de la época y ven esas pequeñas obras maestras a base de 8 bits que, comparados con las capacidades actuales serían como un 600 compitiendo con un Lamborghini. Deberán entender que no se trata de la calidad del movimiento, ni la fineza del sonido, o de los efectos especiales. Se trata de un salto evolutivo. Un big bang que supuso pasar de los juegos de mesa y las barracas de feria a los salones recreativos. Auténticos templos de la diversión en los que Rock, Disco y Tecnopop se mezclaban con alucinógenos sonidos entre luces de neón originados por maravillas como ésta:
Dejando de divagar, concreto: The Hollywood Reporter publica hoy que Columbus está en negociaciones para llevar a la gran pantalla un corto llamado Pixels, creado por Patrick Jean, que celebra dicha edad de oro de los videojuegos. Sonrisa de oreja a oreja. Chris Columbus y los videojuegos de 8 bits. Estos iconos ochenteros harían mejor pareja que las ostras y el gintonic. Ojalá se acabe concretando el proyecto.
He aquí el corto originario de la historia:
Stay tuned!
Space Invaders fue la revolución...mira que el juego es simplón, pero aquella máquina blanca y roja de la que emergía el láser de disparo...y mientras iban bajando naves invasoras...Luego me encataba el Arcanoid que se carga el puente de Brooklyn en el corto. En fin, como dices, fue la revolución. Sí, podría haber peli ahí.
ResponderEliminarDesde luego nuestra generación está marcada por esos primigenios "marcianitos", como se le llamaba entonces al Space Invaders. Qué yayos somos, pardiez!
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