09 enero 2014

SHERLOCK 3




Consumado. Ya han caído los dos primeros episodios de la tercera temporada. Y debo valorar ambos episodios como uno, bien por pereza, bien por asimilación conceptual. Pick one. Allá va:

Se podría argumentar que obligan a Cumberbatch a hacer el payaso. Sería la lectura fácil aceptar que se ha aligerado la gravedad de la trama para conectar con audiencias más...planas.
En mi opinión, eso no sería propio de Moffat. Ha demostrado con creces que prefiere ir contra corriente que ganar audiencia facilitándoles fast-food.
Para mí, usa un giro extremada y doblemente hábil. Por un lado, humaniza y acerca el personaje de Sherlock, aplicando una irrefutable lógica de las relaciones sociales: Una personalidad asocial, aún siendo impermeable, resulta vulnerable al contacto con la generosidad, comprensión y bonheur de la que hace gala Watson. Por tanto, debo calificar la evolución en la habilidad social de Sherlock como aceptablemente realista. El punto clown también me parece creíble, pues es consecuencia de la torpeza en la mesura de fuerzas e histrionismo derivados de un estado de sociopatía en sus primeras fases de socialización ( y aquí sé perfectamente de lo que hablo ;-) )
La doble habilidad a la que hacía referencia radica en una máxima de nada menos que Stan Lee. Y aquí me veo obligado a extenderme.
El creador de la era moderna de los super-héroes, triunfó aplicando humanidad y problemas mundanos a personajes increíbles. La empatía resultante, se debe sumar al contraste gráfico, argumental y conceptual que explicaba con un ejemplo: Nunca resultará más creíble La Cosa, que interactuando con los gamberros de la calle Yancy, o con su tía Petunia.
Si planteas una historia con Los 4 Fantásticos en la mítica Asgard junto a dioses como Thor y Odín, o en otra galaxia junto a Los Vengadores, la aceptación plausible de la escena es difícil de procesar. La imagen ejemplificadora definitiva de este concepto es un Galactus de 50 m evolucionando entre los rascacielos de New York. Contraste demoledor.
George Lucas, siguiendo la estela de Kubrick en 2001, esgrimió la vertiente cinematográfica del concepto, envejeciendo la tecnología utilizada en su saga, lo que redunda en otro concepto ahora familiar: La verosimilitud fantástica.
La efectividad de la misma, está como conveníamos basado en el contraste, con lo que vuelvo al objeto primario del comentario.
Moffat ha identificado probablemente el único problema de la primera temporada: La falta de contraste. La tensión, intelectual y argumental, es mantenida hasta resultar casi insoportable.
Yo sería feliz si la mantuviese, pero entiendo que la presentación de la trama oscura involucrando a la nueva némesis, resultará más intensa si pilla a los espectadores con la guardia baja.

No sufráis. Sherlock volverá a ser un estilete. Pero lo será como el modus operandi del asesino de la guardia: Tan fino, que no lo veréis venir.






Stay tuned!



2 comentarios:

  1. me aburrí soberanamente la 2 temporada. el primer capítulo de la 3 tuve que verlo a cámara rápida por que era lo mas insufrible que habia visto jamás...hasta que se me ocurrío ver ayer el 2 episodio de la 3...LO MAS INSOPORTABLE QUE HE VISTO EN MI VIDA, he aguantado la media hora de la p...boda de watson con el cayo ese y todo lo demás a cámara rápida hasta que ni así se podía ver. He aguantado hasta que entra en una especie de aula con tias sentadas y empieza a decir tu si tu no tu si tu no ...vale, lo he parado y lo he borrado. INSUFRIBLE.

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    1. Mi querido amigo o amiga anónima, si ese es el sentimiento que te produce el visionado de la serie, has hecho muy bien en dejar de verla, de eso no hay duda. No deja de sorprenderme el tema de la cámara rápida. Con qué objetivo? En fin, simple curiosidad. Gustos de cada uno absolutamente respetables, faltaría más.

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