La carrera de Pacino en los últimos años sigue el camino de la opción giro a a la comedia de Robert De Niro, pero aún de manera más denigrante, esperpéntica y precipitada al abismo. Allá ellos si quieren dilapidar una mítica trayectoria con unos últimos años dedicados a amasar dinero fácil en cine comercial de baja estofa. Es una lástima.
Christofer Walken nunca le ha hecho ascos a la auto-inmolación (véase Batman Returns hace ya 20 años), así que sorprende menos verle en esos derroteros.
No obstante, en la peli que nos ocupa da la sensación de imperar el sentido común, aceptando su decrepitud y poniendo un prisma crepuscular a esta historia de maleantes geriátricos.
El director, Fisher Stevens, es un conocido secundario de comedias ochenteras y series de tv de los 90, del que desconozco su breve carrera detrás de la cámara, así que no sirve de referencia.
Se estrena en enero. De nuevo, veremos....
Stay tuned!
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